RESEÑA: Exit The King, Teatro Nacional ✭✭

Paul T Davies reseña la producción de Patrick Marber de la obra Exit The King de Ionesco, que actualmente se presenta en el National Theatre.

Rhys Ifans como El Rey en Exit The King. Foto: Simon Annand Exit the King

Teatro Olivier, National Theatre

25 de julio de 2018

2 Estrellas

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Una obra poco conocida de Ionesco es presentada en una nueva versión por Patrick Marber, quien también dirige. El Rey tiene unos cuatrocientos años, pero, se le informa, “Su Majestad, al final de la obra usted morirá”. Su reino está desmoronándose, una grieta en su palacio se convierte en un abismo hasta que el escenario queda vacío, y se nos da una cuenta regresiva del tiempo que le queda hasta la muerte. Esto tuvo el efecto de hacerme mirar hacia las salidas porque, a decir verdad, la razón por la que Exit The King rara vez se escenifica es porque no es muy buena.  Con noventa minutos sin intervalo, esta pieza se hace aburrida a los cincuenta minutos. La versión de Marber suena fresca con su lenguaje contemporáneo y referencias, pero todo parece pasado de moda, como el tipo de producción que habría escenificado el Royal Court en los años 60, cuando el Teatro del Absurdo era la TENDENCIA, y, como Pity que actualmente se presenta en el Royal Court, adopta un enfoque de cómic y todos interpretan caricaturas en lugar de personajes. Esto se vuelve tedioso más allá de las palabras muy rápidamente, mientras la producción avanza lentamente hasta que somos liberados.

Adrian Scarborough (El Doctor) en Exit The King. Foto: Simon Annand

Hay compensaciones. Principalmente Rhys Ifans como el Rey, interpretándolo como un Joker en Valium, logra ser juguetón en algunos lugares, su voz insinúa a Prince Charles pero está en su mejor momento cuando deja que su acento galés fluya a lo largo del texto. Su fisicalidad es buena, y ha capturado el truco de parecer aburrido, aunque no estoy seguro si esto es deliberado. Disfruté de Debra Gillett como Juliette la criada, quien tiene buenas habilidades de slapstick y hace una gran caída graciosa. Indira Verma es fuerte como la Reina Marguerite, quien apoya al rey tanto como puede y lo acompaña hasta la tumba, y Adrian Scarborough aporta una energía maníaca al Doctor, pero ni siquiera él puede salvar este espectáculo del tedio, por más que lo intente. Derek Griffiths hace lo que se espera del Guardia, principalmente hacer anuncios, y Amy Morgan es irritante como la Reina Marie, una caricatura terrible sin salvación.

Derek Griffiths como el Guardia en Exit The King. Foto: Simon Annand

La sección más efectiva es la última, cuando la Reina Marguerite simula levantar las cargas del cuerpo devastado del Rey mientras el escenario literalmente se fractura y desaparece detrás de ellos, pero incluso esto se prolonga tanto que acabas queriendo empujar al viejo hasta el borde y acabar con ello. El diseño de Anthony Ward crea una sensación de arco de proscenio en el inmenso Olivier, y quizá el problema es que simplemente es la obra equivocada para el auditorio equivocado. Mientras el Dorfman continuamente presenta obras contemporáneas de innovación y emoción, el escenario principal del National tiene otra producción veraniega mediocre entre manos. Es difícil pensar para quién es esta producción, aparte de los estudiantes de teatro absurdo, y parece una elección muy insulsa para una reposición.

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