RESEÑA: Hamlet, Leeds Playhouse ✭✭✭✭

Jonathan Hall reseña la producción de Amy Letman de Hamlet de William Shakespeare en Leeds Playhouse.

Tessa Parr como Hamlet en Leeds Playhouse. Foto: David Lindsay Hamlet

Leeds Playhouse

Cuatro estrellas

Siempre me ha resultado un poco extraño que Hamlet sea un texto obligatorio para adolescentes de 14 y 15 años; es una obra en la que varios personajes atraviesan todo un caleidoscopio de emociones complejas: dolor, lujuria, venganza, locura, traición; un rango que yo, que tengo cincuenta y tantos, tengo que esforzarme por entender. Añade a la mezcla un fantasma, una sangrienta escena clímax y una convención que desafía la cuarta pared donde las acciones asesinas se representan ante los protagonistas y tienes una obra que es tanto fieramente compleja como peligrosamente fácil de interpretar mal, y alejar a los adolescentes de Shakespeare de por vida. La fuerza resplandeciente de la producción de Amy Letman es su claridad. La obra ha sido recortada y simplificada de modo que una escena sucede tras otra, cada una con una intención cristalina, interpretada con una energía que nos impulsa a la siguiente etapa de la historia. He visto, y he luchado, con algunas producciones de Hamlet a lo largo de los años; esta fue de lejos la mejor definida, dándome un fuerte hilo conductor a través de la historia. Esta claridad se extiende a dar vida y verdad a las muchas, muchas líneas familiares y citables, algunas de las cuales confieso no me había dado cuenta que tenían su origen en esta obra.

Susan Twist (Polonio), Joe Alessi (Claudio) y Dan Parr en Hamlet en Leeds Playhouse. Foto: David Lindsay

En el corazón de esta historia compleja hay un personaje complejo, el titular Hamlet, desgarrado con ira y desesperación tan intensas que a menudo lo dejan (o en esta producción, a ella) jadeando físicamente ante una situación que es puro Jeremy Kyle: ¡Mi tío asesinó a mi padre y se casó con mi madre! Tessa Parr aborda el papel con energía y compromiso; las escenas donde la locura de la trama de Shakespeare afecta la cordura de los personajes son interpretadas con una electrizante intensidad inquietante. El cambio de género añade una dinámica interesante a su relación con Ofelia (interpretada por una atormentada Simona Bitmate); la desaprobación y manipulación de Polonio (otro personaje que cambia de género) de la relación de la pareja gana un subtexto homofóbico que añade una verdad perturbadora a la locura de Ofelia.

Simona Bitmate (Ofelia) y Tessa Parr (Hamlet) en Hamlet en Leeds Playhouse. Foto: David Lindsay

Esta es una obra que no lleva pasajeros; como se dijo, cada personaje principal tiene un rango de emociones operáticas que atravesar; los papeles son interpretados con vigor y verdad por el elenco. Una de las mejores cosas de esta temporada en Leeds Playhouse ha sido la creación de una compañía de repertorio en conjunto, permitiéndonos ver y crecer en nuestra apreciación del trabajo de actores como Darren Kuppan, Jo Mousely y Dan Parr. Particularmente notable en este espectáculo es Susan Twist como Polonio; después de la entrometida altanería del personaje, lamento que su muerte no se viera y ocurriera fuera del escenario.

Un diseño de humo y cruces iluminadas con una tumba sombría visible debajo por Hayley Grindle y un subtexto musical amenazante de Alexandra Faye Braithwaite añaden a una atmósfera inquietante de amenaza a lo largo de esta fuerte producción, una altamente recomendada para todos, especialmente para cualquier adolescente que esté estudiando este texto.

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