RESEÑA: Enrique V, Teatro Noel Coward ✭✭✭✭

Jude Law como Enrique V. Foto: Johan Persson Enrique V

Teatro Noël Coward

2 de diciembre de 2013

4 estrellas

La temporada de la Michael Grandage Company en el Teatro Noël Coward concluye con la producción de Michael Grandage de Enrique V de Shakespeare y realmente refleja los estándares, logros y sentido de toda la temporada: una gran obra, una verdadera estrella en el corazón de la producción, un diseño de escenario evocador de las temporadas de Grandage en el Donmar y un casting espectacularmente terrible. Pero, a diferencia del reciente El sueño de una noche de verano, esta producción puede considerarse un verdadero éxito. En el corazón, como era de esperar, está una actuación ágil, viril y bastante encantadora de Jude Law. Más delgado y más joven de aspecto de lo que estaba en Hamlet, Law es todo lo que necesitas o quieres que Enrique sea: inspirador, inseguro, religioso, decidido, divertido y romántico. Será un corazón muy duro el que no esté cerca de romperse cuando Law pronuncia el maravilloso discurso de San Crispín.

Igualmente, nunca he visto la escena final, donde Enrique busca la mano de la Princesa francesa, Katherine, funcionar tan hermosamente, tan simplemente y tan sinceramente como Law lo hace aquí. (Jessie Buckley es bastante encantadora como Katherine).

Y el aspecto guerrero de su personaje está claramente dibujado, especialmente en el evocador discurso "Una vez más entre la brecha" pero también en las secuencias donde viaja entre sus hombres en la noche antes de la batalla de Agincourt. Law maneja bien el texto; puede que no siempre sea melifluo pero siempre es comprensible y evocador.

Ayuda que los trajes medievales modernistas le sientan espectacularmente bien a Law también - no tiene problemas en lucir adecuado para el papel.

Tiene un apoyo realmente excelente de Matt Ryan (un fabuloso Fluellen), James Laurenson (el viejo y sabio Exeter), Prasanna Puwanarajah (resonante e intuitivo como Mountjoy) Noma Dumezweni (una maravillosamente seca Alice) y Norman Bowman (excelente como Williams).

Pero no todo es color de rosa.

Los primeros quince minutos son casi incomprensibles: Richard Clifford (Ely) y Michael Hadley (Canterbury) hacen un trabajo complicado con la ambientación de la escena en el Acto Uno, devorando el texto. Ron Cook echa a perder Pistol de la misma manera que echó a perder a Sir Toby Belch.

Era difícil no sentir pena por Ashley Zhangazha que fue solicitado para interpretar al Coro como un tipo de estudiante universitario moderno - el concepto directorial no funciona, especialmente cuando, sin cambio de vestuario, el Coro se convierte en el Niño asesinado por los franceses.

En gran medida, los personajes masculinos franceses están mal servidos: Ben Lloyd-Hughes es particularmente extraño como el Delfín y Charles de Richard Clifford es simplemente malo. También hay bastante mala actuación de multitudes en algunas de las escenas de guerra.

El decorado de Christopher Oram funciona muy bien, pero hay una verdadera sensación de que no ha avanzado desde su tiempo colaborando con Grandage en el Donmar - lo cual es una pena.

Sin embargo, es una buena manera de terminar la temporada de Grandage - una producción muy fina, completamente accesible y a menudo emocionante de una de las obras más conocidas pero difíciles de Shakespeare.