RESEÑA: La Mano de Dios, Talking Heads, iPlayer ✭✭✭✭

Paul T Davies reseña a Kristin Scott Thomas en The Hand Of God de Alan Bennett, presentada como parte de la serie Talking Heads y ahora disponible en streaming en BBC iPlayer.

Kristin Scott Thomas en The Hand of God (Talking Heads) Talking Heads: The Hand of God.

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Más ligera que algunas de las últimas Talking Heads, siempre consideré que The Hand of God era la más débil de la serie. Esto se debe a dos razones principales, una es que Celia es un personaje enormemente esnob y desagradable, y la otra es que tengo problemas para creer en el gran desenlace. (Si nunca la has visto, esta reseña puede/contendrá spoilers). Sin embargo, Kristin Scott Thomas es tan perfecta como Celia, actuando un poco fuera de lo común, que su exterior esnob y frío comienza a resbalar de sus dedos como una antigüedad invaluable.

Celia ve su tienda de antigüedades como su reino especial de lo refinado. Es mordaz sobre los clientes que le traen piezas y aseguran cuánto valían en el Antiques Roadshow porque Celia ni siquiera tiene televisor. Ella hace "buenos muebles de cabaña", relojes, (porque su difunto marido estaba en desactivación de bombas), y piezas de la época, nunca vendería ositos de peluche, nunca haría actividades secundarias como chutneys y mermeladas, estudia a sus competidores como un halcón y afirma que es experta en clientes que ejecutan el "truco más viejo del mundo". Ve a la vieja señorita Ventrice mirando por su ventana, y, como hace durante todo el monólogo, enumera las cosas valiosas que le ha quitado y el hermoso broche camafeo que lleva puesto y nota que se ve un poco débil. En poco tiempo, está en la cama enferma de la señorita Ventrice, (que examina con ojo experto), enumerando los tesoros en cada habitación y esperando poner sus manos en algunas piezas. Luego aparece una sobrina perdida hace mucho tiempo, obtienen la herencia y le da a Celia, como compensación por su tiempo, una caja llena de "chucherías". Bonito marco de fotos, feo dibujo en él. Lo vende por £100 a un joven y está encantada con eso y el bono de que volverá por la mesa del rectorado que no ha logrado vender en más de un año. Por supuesto, él ha ejecutado el truco más viejo del libro con ella, y el dibujo es un temprano Miguel Ángel de la mano de Dios, vale millones.

Sigo encontrando difícil aceptar que esto podría haber estado en una caja en la casa de campo de una anciana, y que Celia, incluso si la pintura no es su área, y nunca ha visto el comienzo de The South Bank Show para reconocer el dedo, no habría sospechado de su valor. Sin embargo, Scott Thomas presenta brillantemente una sucesión de sonrisas para transmitir la caída de Celia de su gracia esnob. La sonrisa condescendiente que da a los clientes, la genuina alegría cuando piensa que ha vendido la mesa y obtiene un bono inesperado con el marco de fotos, y la sonrisa falsa y rota que muestra a la cámara cuando revela los millones que dejaron pasar por su tienda. Se tira de las mangas de su jersey apagado, de aspecto más barato, y mira hacia las mermeladas y chutneys que ahora está vendiendo. Su tienda ahora está ocupada con personas que quieren echarle un vistazo. Es una pieza bellamente elaborada, maravillosamente diseñada, y la dirección de Jonathan Kent gradualmente silencia a Celia mientras se desarrolla la escena final. Al principio la juzgué mal, y esta versión realmente hace que la obra brille. Solo espero que no todos los anticuarios sean como Celia….

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