RESEÑA: Bat Out Of Hell, Teatro Dominion ✭✭✭✭

Douglas Mayo reseña Bat Out Of Hell The Musical de Jim Steinman, que regresa a Londres en el Dominion Theatre.

Andrew Polec como Strat en Bat Out Of Hell. Foto: Specular. Bat Out Of Hell

Dominion Theatre

19 de abril de 2018

4 Estrellas

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Recuerdo haber visto una película hecha para la televisión hace muchos años que narraba el encuentro de un joven Jim Steinman y un joven Meatloaf, y las pruebas y decepciones involucradas en la escritura de Bat Out Of Hell y el rechazo del material por casi todas las discográficas. Nadie entendía verdaderamente los intentos de Steinman de crear historias épicas en cada canción impulsadas por la intensidad de su increíble rock 'n' roll. Es un mérito suyo que 40 años después y con dos álbumes secuela más tarde, su visión de convertir estas ahora clásicas canciones en una obra escénica se haya hecho realidad, y es algo impresionante de contemplar.

Así como el libro de Ben Elton para We Will Rock You se inspiró en la leyenda artúrica y su Tonight's The Night descaradamente se apropió de Fausto, Bat Out Of Hell de Steinman, el musical, usa las influencias de J. M Barrie para ambientar este musical como un Peter Pan distópico, con Strat y Raven asumiendo los papeles de un moderno Peter y Wendy, acompañados de una pandilla de inadaptados (niños perdidos) que han sido químicamente congelados a la edad de dieciocho años para no envejecer. Incluso hay un personaje llamado Tink y en un momento pensé que también nos pedirían gritar que sí creemos — por suerte, nunca llegó a eso.

Christina Bennington (Raven) y Andrew Polec (Strat) en Bat Out Of Hell el musical. Foto: Specular Es genial que el Dominion Theatre finalmente haya encontrado un espectáculo que funcione en su inmenso espacio. El recinto devoró y escupió sin piedad la pequeña producción reciente de An American In Paris, pero aquí los diseños de escenarios de Jon Bausor se extienden hasta el público, realmente acercándolo a la acción en un espectáculo donde las grandes escenas son enormes y las íntimas funcionan mágicamente en un escenario que recuerda a la gran ópera gracias a la cuidadosa puesta en escena del director Jay Schieb. Como Strat, Andrew Polec es un hallazgo increíble. Su constitución delgada y pálida y su cabello desaliñado ocultan una voz que se adapta perfectamente a la increíble partitura de Steinman. De dónde viene esa voz, nunca lo sabré, pero ofrece una actuación impecable con una destreza vocal que rara vez he visto en cualquier musical de rock. De hecho, este elenco cuenta con algunos de los vocalistas más talentosos que hay. El machismo de Rob Fowler salta del escenario mientras canta Paradise By The Dashboard Light acompañado de su esposa en el escenario Sharon Sexton. Danielle Steers como la sugerente pero bravucona Sahara lo hace destacar, Giovani Spano como Ledoux lo da todo con una facilidad pasmosa dando un sonido rico y pleno a sus números, el agudo rockero Wayne Robinson complementa perfectamente a Danielle Steers y, aunque poco utilizado, Jonathan Cordin como Blake aportó honestidad actoral y claridad vocal a sus breves pasajes en las canciones. Estos talentos épicos se equilibraron perfectamente con los momentos líricos suaves presentados por Alex Thomas-Smith como Tink y Christina Bennington como Raven. Como Polec, Bennington es un talento a seguir, su capacidad para interpretar perfectamente los clásicos de Steinman ofreció algunos momentos muy necesarios de introspección en esta producción y fue un placer escucharla. La talentosa compañía que respalda Bat Out Of Hell es casi perfecta, incluso si tiene algunas de las coreografías más extrañas que he visto en un escenario. Los pasos extraños de Emma Portner en algunas escenas como Paradise by the Dashboard Light en particular eran más una distracción que un complemento para la producción.

Danielle Steers (Zahara) y Wayne Robinson (Jagwire) en Bat Out Of Hell el musical. Foto: Specular

Aparte de estas cosas, hay algunos aspectos de esta producción de Bat Out Of Hell el musical que simplemente no funcionan y el más destacado entre estos es el diseño de sonido de Gareth Owen. Sentado en el medio de la fila B en el círculo, las letras eran completamente ininteligibles para cualquier cosa que no fuera un dúo. Si este espectáculo quiere sobrevivir y atraer a audiencias no familiarizadas con el material de Steinman, se necesita hacer algo para solucionar esta mezcla de sonido turbia, que para mí fue la mayor decepción del espectáculo.

También hay una gran discrepancia entre los números musicales del espectáculo y algunas de las grandes escenas de libros del mismo. Se debe a la exuberancia musical de las canciones y el silencio ensordecedor que rodea al diálogo en las escenas de los libros. Es casi una pena que no se pudiera implementar algún tipo de mínima música de fondo para dar tono a esas escenas. En el segundo acto, cuando Sloane regresa con Falco, hay un breve momento donde se utiliza un acompañamiento de fondo y la diferencia es notable.

La orquesta de rock de once miembros de Robert Emery da vida vívida a las orquestaciones de Steve Sidwell, con Emery incluso haciendo una breve aparición en el escenario a mitad de acto, emocionando al público en el proceso.

Como los espectáculos que lo han precedido, la trama es de muy escaso contenido, pero con el sonido mejorado, Bat Out Of Hell tiene la capacidad de ser una presencia duradera en el West End de Londres y el espectáculo perfecto para el Dominion Theatre.

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