RESEÑA: La Gran Ola en el Teatro Dorfman del National ✭✭✭✭

Paul T Davies reseña la obra de Francis Turnly, The Great Wave, que ahora se está representando en el Teatro Dorfman en el National Theatre.

Rosalind Cho y Kae Alexander en The Great Wave The Great Wave

El Dorfman, National Theatre.

19 de marzo de 2018

4 estrellas

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En el otoño de 1977, las personas comenzaron a desaparecer de las ciudades y pueblos costeros de Japón. Lo que pocos sabían en ese momento era que habían sido secuestradas por una unidad élite de comandos norcoreanos, con la intención de convencerlas de las ideologías del régimen y entrenarlas para espiar en nombre del estado. Cuando ese plan fracasó, los secuestrados entrenaron a espías norcoreanos en idioma y costumbres japonesas para que pudieran hacerse pasar por japoneses e infiltrarse en Corea del Sur y otros países. Mientras las familias buscaban a sus seres queridos durante años, el silencio de las autoridades escondía la verdad que conocían, pero, temiendo la capacidad de misiles de Corea del Norte, intentaron encubrir el escándalo hasta que el rumor y luego el hecho se hicieron abrumadores.

David Yip, Rosalind Chao y Kae Alexander en The Great Wave. Foto: Mark Douet

La obra bellamente estructurada y poderosa de Francis Turnly se vuelve aún más conmovedora y horrorosa basada en esa historia real. Dos hermanas, Reiko y Hanako, son separadas cuando discusiones mundanas llevan a Hanako a estar en la playa cuando una gran ola rompe en la orilla; pero en ese momento ella es secuestrada. Con el paso de los años, es adoctrinada en la ideología norcoreana, le dan un esposo y tiene un hijo, siempre temiendo al régimen, siempre deseando regresar a casa, pero apreciando gradualmente la vida que tiene. En casa, su madre y su hermana nunca pierden la esperanza y luchan por el reconocimiento de su desaparición. El hermoso set de Tom Piper fluye como las olas, alternando suavemente entre Corea y Japón.

Kwong Loke y Kirsty Rider en The Great Wave. Foto: Mark Douet

El elenco encarna el texto muy bien. Como la madre, Etsuko, Rosalind Chao es un estudio de dignidad cautivadora, nunca pierde la esperanza, siempre intenta respetar a la autoridad, pero es una mujer con el corazón roto. La fuerza de las mujeres y el poder del amor se transmite hermosamente en esta producción, Kirsty Rider como Hanako es excelente, trazando los años y el viaje con total convicción, y está igualada por Kae Alexander como la enérgica Reiko. Como amigo y reportero de investigación Tetsuo, Leo Wan dirige la exposición muy bien, y hay una actuación particularmente fina y conmovedora de Vincent Lai como el esposo Kum-Choi, destrozado hasta que conoce a Hanako y luego hace el sacrificio definitivo para salvar a su familia. Tuyen Do es excelente como “hermana” coreana y luego terrorista, sus acciones exponen la supervivencia de Hanako.

Leo Wan en The Great Wave. Foto: Mark Douet

Si, especialmente en la primera mitad, la producción se inclina ligeramente hacia el melodrama en algunos lugares, la dirección de Indhu Rubasingham da el ritmo perfecto a la obra, permitiendo que se construya la segunda Gran Ola: la de la publicidad que ganó fuerza en Japón a través de los años 90 hasta ahora, y las emociones se rompen hermosamente en la conclusión. La obra hace lo que el teatro debería hacer a menudo, tomar un tema poco conocido hasta entonces y educar e informar a su audiencia a través de la caracterización y el naturalismo. El Dorfman ha comenzado 2018 de la misma manera que terminó el año pasado: un excelente lugar para la nueva escritura.

Hasta el 14 de abril

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