RESEÑA: Rasputin Rocks, Stockwell Playhouse ✭✭

Maria Alexe como el Emperador de Rusia con Robyn Hampton, Charlotte Shaw y Jessica Townsley como la Guardia Imperial del Kremlin en Rasputin Rocks

Stockwell Playhouse,

16 de noviembre de 2017

2 Estrellas

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Cuando escuchas que un par de escritores han estado trabajando durante 10 años en un espectáculo antes de finalmente llevarlo al escenario para ver cómo funciona en la realidad, eres - quizás sabiamente - cauteloso. ¿Por qué ha tardado tanto? ¿Será tan bueno como 'Mormon', que tomó aproximadamente el mismo tiempo? ¿O hay otra razón por la cual se ha retrasado tanto? Por supuesto, estás emocionado de escuchar sobre nuevos escritores finalmente llegando al escenario con un alocado espectáculo nuevo sobre un Monje Loco resucitado tratando con... de todas las personas... Tony Blair. Y luego te preguntas: ¿no está Tony un poco pasado de moda? ¿Este espectáculo realmente ha evolucionado con los tiempos?

Andrew Hobbs como Tony Blair en Rasputin Rocks

Bueno, sí y no. Las escenas con Tony Blair, interpretado por el escritor-productor-director-co-estrella Andrew Hobbs (un papel multidisciplinario que hace sonar bastantes alarmas), son probablemente las más exitosas: Hobbs las escribió para sí mismo, y sabe cómo hacer justicia a su propio trabajo. Su estilo es muy Canal Cafe Theatre, muy News Revue, y es bastante divertido en esa línea. Sin embargo, no es un escritor típico de dramas, y mucho menos de musicales. Tampoco lo es el compositor, Alastair Smith, un competente director musical y escritor de música incidental para compañías como British Touring Shakespeare. La distancia entre ese papel y la creación de una partitura para un musical es, sin embargo, inmensa, y se le debe mostrar mucha paciencia si este primer intento en esta exigente forma no es tan exitoso como podría ser. Aunque hay mucho que decir sobre sus acertadas imitaciones de los estilos de grupos de rock conocidos - de Aerosmith al country, a Laibach y más allá - también existe una preocupante tendencia de su escritura melódica a ser muy literal, musicalizaciones bastante monótonas de líneas líricas que rara vez muestran el mismo carácter o ingenio que el diálogo escrito para el Sr. Blair. De hecho, cuando se enfrenta a las otras figuras en esta historia algo sombría y deprimente de decadencia y muerte en el Kremlin, puede volverse bastante torpemente moroso; se estanca en el establecimiento del ambiente cuando podría ser más útil dirigir su atención a mover la historia hacia adelante a un ritmo algo más alegre. El resultado final es que todo termina sintiéndose mucho más largo de lo que realmente es.

Jake Byrom como Rasputin con Robyn Hampton y Jessica Townsley

La dirección estática y no muy bien pensada no ayuda. Tampoco lo hace el diseño, por... bueno, ¿quién hizo el diseño? Nadie está acreditado. Parece un montaje de concierto de rock, con cuatro pilares de 'falso' andamio frente a la banda en el escenario (de la que hablaré más en un momento). ¿Es también obra del incansable Sr. Hobbs? No me sorprendería. Si alguna vez hubo un caso para demostrar que recortar sueldos de creativos para lograr que el espectáculo - de alguna manera - llega al escenario y frente a algún tipo de público es la peor ruta posible a tomar, entonces esta producción lo hace, con creces. Hay coreografía, de algún tipo, por Nicky Griffiths, pero honestamente uno se pregunta cuánto tiempo tuvo esta veterana del West End para pulir a su elenco y desarrollar algún tipo de concepto para la producción. Tal como están las cosas, todo se ve muy desordenado y desaliñado.

Barry Greene como Anton y Tanya Truman como Svetlana

Sí, el elenco hace su mejor esfuerzo. Aparte de la presencia dominante del Sr. Hobbs, hay una actuación muy meritoria de Maria Alexe como El Emperador de Rusia (un tipo de papel femenino de Iván el Terrible, con canciones), y una encantadora interpretación de Tanya Truman como el aparente 'interés amoroso' Svetlana. Jake Byrom hace lo que puede para hacer a Rasputin creíble, y Barry Greene es un Anton vocalmente muy atractivo, además de ser Productor Asociado en este ambicioso proyecto. Otros papeles los llevan a cabo Jay Joel, Tristan Ward, Robyn Hampton, Charlotte Shaw y Jessica Townsley. Todos trabajan muy duro y hacen todo lo posible para que gusten. Es una tarea difícil en un espectáculo que realmente no puede decidir si quiere que lo tomes en serio, o simplemente reírte de sus bromas ligeramente anticuadas y recalentadas.

En cuanto a la banda, Connor Fogel mantiene todo bien junto y - hay que decirlo - la ingeniería de sonido los favorece enormemente contra los cantantes, cuyas voces a menudo se pierden bajo el exceso de su combinación de rock. Esto no ayuda a nadie. El espectáculo va a tener que luchar muy duro para encontrar una audiencia y, honestamente, por favor no ahoguen las voces de los cantantes. Por favor. Dicho esto, el baterista es muy hábil. Solo ponlo detrás de una pared de plexiglás, por favor. Dichos elementos existen por una razón.

Hasta el 10 de diciembre de 2017

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