CRÍTICA: Yo y el pueblo, Teatro 503, ✭✭✭✭

I And The Village. Foto: Natalie Mitchell I and the Village

Theatre503

12 de junio de 2015

4 Estrellas

Reseña por James Garden

Al entrar en Theatre503, uno se siente instantáneamente estimulado auditivamente con las intensas corrientes de las Shaker Songs de John Adams para cuerdas, una pieza de composición contemporánea que tanto asalta como calma. Exige atención, pero simultáneamente atrae.

Tal es también el caso de la obra y producción I and the Village, actualmente en cartelera en este centro del suroeste de nuevas escrituras. Puede que sea la mejor pieza de nueva escritura que verás en un teatro de pub este año. Escrita por Silva Semerciyan, una estadounidense que se convirtió en residente permanente del Reino Unido, ella elucida un problema distintivamente americano—enfermedad mental y armas de fuego demasiado accesibles—con una precisión no vista en muchas obras nuevas. El texto es conocedor, sin ser demasiado esotérico.

I and the Village se desarrolla en dos líneas temporales simultáneas. Primero, una especie de retrospectiva, ya que una compañía de teatro investiga la ficticia masacre de Michigan, para eventualmente realizar una obra basada en ella "algo así como The Laramie Project, pero mejor."

En segundo lugar, seguimos a Aimée, nuestra víctima/agresora, a través de los eventos que conducen al momento crítico. Similar a The Laramie Project, tenemos una pequeña compañía de actores, o Congregantes como sugiere la obra, que interpreta cada papel, con Aimée, magistralmente interpretada por Chloe Harris, como el único personaje que mantiene la presencia en escena a lo largo de toda la obra. Cada congregante interpreta su papel central y cambia entre otros papeles con gran destreza.

Los acentos en la producción están firmemente en ese lugar maravillosamente extraño cuasi-canadiense como se encuentra en las partes norte central de los EE. UU., y Nic Redman, la entrenadora de dialecto, debe ser aplaudida por su trabajo. Muy pocas producciones de trabajo americano en Londres (o incluso en la BBC) realmente logran los acentos correctos—más a menudo suenan como una extraña cosa de Brooklyn sacada de Newsies, incluso si la obra tiene lugar en Boston o LA—pero esta producción lo ha hecho, en su mayoría, correctamente.

El diseño de Jess Curtis para la producción amplifica firmemente la obra de formas que no interfieren con el texto, pero lo complementan totalmente.

Si hay una crítica de la producción en sí, sin revelar el espectacular final de la pieza, uno desearía que el clímax pudiera ser un poco menos ruidoso. Este es un espacio pequeño, y la variación en la intensidad en tales momentos es clave para el máximo efecto. Pero esto es ser exigente.

I and the Village es una noche espectacular en el teatro.

Ve a verla, ahora.

I And The Village estará en cartelera en Theatre 503 hasta el 4 de julio de 2015