RESEÑA: Nightfall, Bridge Theatre ✭✭✭

Paul T Davies reseña la obra de Barney Norris, Nightfall, que ahora se presenta en el Bridge Theatre.

Claire Skinner (Jenny) y Sion Daniel-Young (Ryan) en Nightfall. Foto: Manuel Harlan Nightfall

El Bridge Theatre

9 de mayo de 2018

3 Estrellas

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Tres producciones después y el Bridge Theatre sigue siendo la estrella del espectáculo. Nightfall ve el teatro reconfigurado en un escenario de empuje, y la dinámica entre el escenario y el público cambia nuevamente, este realmente es un espacio maravilloso. Sin embargo, para el drama rural con cuatro personajes de Barney Norris, también expone las limitaciones del guion, se siente abrumado por el escenario, y los personajes no están completamente formados para realizar el potencial del guion.

Claire Skinner (Jenny) y Ukweli Roach (Pete) en Nightfall. Foto: Manuel Harlan

Esto no es un idilio rural de caja de bombones; la familia todavía está luchando para asimilar la muerte del padre en 2016. La madre Jenny no puede avanzar, deslizándose hacia las deudas, camino al alcoholismo mientras se aferra a sus recientemente idealizadas visiones de su esposo y del pasado. Sus hijos, Ryan y Lou, personifican la Generación Rent, incapaces de escapar o avanzar sin la seguridad financiera que siempre les eludirá. El mejor amigo Pete, exnovio de Lou, regresa a sus vidas cuando es liberado de prisión después de una agresión, y él y Lou reavivan su relación.

Ophelia Lovibond (Lou), Claire Skinner (Jenny), Sion Daniel-Young (Ryan) y Ukweli Roach (Pete) en Nightfall. Foto: Manuel Harlan

A mí me gustan las metáforas teatrales tanto como al que más, pero aquí un oleoducto que divide la granja, que según se descubre, fue colocado por el padre principalmente para fastidiar a un granjero vecino, bien podría haber tenido la palabra Brexit pintada a su lado. Las constantes discusiones sobre si abandonar o permanecer en la tierra también se vuelven un poco tediosas, y la obra comienza con Ryan y Pete extrayendo petróleo del oleoducto para proporcionar un ingreso muy necesario para saldar las deudas. El primer acto está terriblemente desenfocado, pero termina con una propuesta bastante encantadora y espontánea que ofrece a Lou su escape de la granja, mudándose a Dubái con Ryan.

Sion Daniel-Young (Ryan), Claire Skinner (Jenny) y Ophelia Lovibond (Lou) y Ukweli Roach (Pete) en Nightfall. Foto: Manuel Harlan

El reparto es excelente y trabaja arduamente para cubrir las inconsistencias del guion. Con un papel situado entre la viuda afligida y la matriarca excesivamente manipuladora, Claire Skinner hace un buen trabajo para anclar a Jenny en la realidad, particularmente al expresar su angustia por quedarse sola. Ophelia Lovibond captura el anhelo de Lou por alejarse, por comenzar una especie de vida lejos de sus raíces, donde un abrazo puede sentirse como una cadena. Sion Daniel Young está excelente como Ryan, transmitiendo un optimismo desesperado mientras revela una conciencia de la realidad de la situación; él es el que podría salvar la granja. Como Pete, Ukweli Roach es perfecto como el joven que se le da una segunda oportunidad y está decidido a aprovecharla. Solo siento que Norris no logra llevar las cosas a un clímax dramático, los personajes son perdonados por sus defectos y en última instancia, las apuestas no se elevan.

La producción de Laurie Sansom, sin embargo, está bien compuesta, y el diseño de Rae Smith es excelente, y Norris tiene algunas frases muy buenas. Sin embargo, en última instancia, esto parece una obra más adecuada para la intimidad del teatro Dorfman o el Royal Court Upstairs, (donde la obra rural más sombría pero efectiva Gundog se presentó a principios de este año), y plantea la pregunta de cómo se interpretará la actuación en solitario de Laura Linney en My Name is Lucy Barton, (próximamente en el Bridge).

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