RESEÑA: Glengarry Glen Ross, Playhouse Theatre ✭✭✭✭✭

Mark Ludmon reseña la impresionante reposición de Glengarry Glen Ross de David Mamet

Daniel Ryan y Christian Slater en Glengarry Glen Ross. Glengarry Glen Ross

The Playhouse, Londres

Cinco estrellas

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En el tiempo ajustado de Glengarry Glen Ross de David Mamet se concentra un cúmulo de desesperación, tristeza y testosterona. Este clásico moderno es un retrato cáustico del mundo de las ventas, exponiendo su desalmado corazón pero también celebrando la dureza de aquellos que logran triunfar.

En esta brillante reposición dirigida por Sam Yates, la obra se construye lentamente hasta convertirse en una exhibición tensa y fascinante de astucia y engaño mientras cuatro vendedores son arrastrados en lo que para ellos es una cuestión de vida o muerte. Usan todos los trucos en su arsenal para vender parcelas poco atractivas de terreno en desarrollo en Florida a inversores incautos, luchando no solo por salvar sus empleos, sino también por ganar el principal incentivo de ventas, un Cadillac Eldorado. El segundo premio es un juego de cuchillos para carne, el tercer premio es el despido.

En las escenas de apertura en un restaurante chino, aprendemos qué los motiva y hasta qué punto están dispuestos a llegar para encontrar los clientes potenciales y convertirlos en ventas. Es un ambiente despiadado, donde parece que no se han dado cuenta de que han cruzado una línea moral desde las ventas profesionales hasta convertirse en estafadores poco éticos que ven a los “prospectos” como nada más que una forma de ganar comisiones.

Encabezando un reparto de primera categoría, Christian Slater destaca como el principal vendedor Ricky Roma, con una atractiva fachada de confianza en sí mismo que insinúa un núcleo brutal. Con tonos profundos y melosos, Stanley Townsend es perfecto como Shelly Levene, llevándonos de una desesperación titubeante a alturas de júbilo, casi flotando por el escenario en su deleite por cerrar una venta. Completando el cuarteto están Robert Glenister como un hombre al límite, fuera de su profundidad y listo para quebrarse, y Don Warrington, quien ya parece demasiado quebrado para seguir adelante.

Como el gerente de la oficina, Kris Marshall es la influencia estabilizadora que camina en la delgada línea entre la probidad y las profundidades poco éticas a las que su equipo se siente tentado a caer. Como un vistazo a las vidas que los vendedores están felices de destruir, Daniel Ryan es excelente como la víctima apacible del discurso de ventas de Roma, mal equipado para lidiar con los encantos seductores del embaucador.

Con escenografía y vestuario diseñados por Chiara Stephenson, esta reposición captura con precisión principios de los años 80, cuando la obra de Mamet tuvo su estreno mundial en el National Theatre de Londres. Casi 35 años después, no ha perdido nada de su relevancia en su análisis del sueño americano y su ideal de que cualquiera puede llegar a la cima si tiene suficiente ingenio, agallas y determinación.

Hasta el 3 de febrero de 2018

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