RESEÑA: Sh*t Faced Showtime, Teatro Leicester Square ✭✭✭✭

Sophie Adnitt reseña la última producción de Magnificent Bastards, Sh*t-Faced Showtime - Oliver With A Twist en el Leicester Square Theatre.

Foto: Rah Petherbridge Sh*t-faced Showtime: Oliver With a Twist Leicester Square Theatre

Cuatro estrellas

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Alejándose de sus aclamadas raíces shakesperianas en estado de embriaguez, Magnificent Bastard Productions (un nombre impresionante, por cierto) se aventura en el territorio del teatro musical con su Sh*t-faced Showtime: Oliver With a Twist! Después de su paso por el Festival Fringe de Edimburgo, regresa de manera bastante apropiada a la capital.

El concepto es simple; cuatro horas antes de que se levante el telón, un miembro (considerablemente) afortunado del elenco comienza a beber y sigue bebiendo hasta estar debidamente, bueno... borracho. Y dado que el espectáculo debe continuar, el miembro del elenco en cuestión hace todo lo posible por tambalearse, reír, eructar y posiblemente vomitar durante una producción de una hora de Oliver!

La víctima de esta noche es la miembro del elenco Jessica Hern, quien asume el papel titular al estilo de Dame Maggie Smith (síguelo). Después de varios G&T, Hern hace su primera entrada sonriendo en su tazón de gruel. A partir de ahí, se convierte en una de las principales comediantes, ya sea declarando a Bill Sikes "grosero" por golpear a Nancy, o lanzándose a números musicales no planeados.

Los compañeros de reparto de Hern aceptan el desafío y se convierten en maestros de la improvisación mientras se adaptan a las cada vez más ridículas adiciones al guión de su colega. Tratando de mantener cierto orden, está el maestro de ceremonias de la noche, Alan McHale, quien sirve como introducción a la velada, así como brillantemente interviene cuando las cosas se descontrolan un poco. También reparte un cubo preventivo a la primera fila al inicio del espectáculo, lo cual establece adecuadamente el tono de la noche.

Lo que sigue son sesenta minutos de caos absoluto. Los compañeros de reparto de Hern toman la frenética tarea de mantener el espectáculo por el buen camino mientras ella alegremente avanza de una escena a otra, manteniendo al público en un ataque de risa con sus comentarios e interrupciones borrachas. Esto es simplemente, genuinamente hilarante: es simple, es tonto, pero no se puede negar que es muy, muy divertido.

Sh*t-faced Showtime es, sin lugar a dudas, una bestia rara, tomando prestadas canciones de Les Mis, Sweeney Todd y más, dejando poco tiempo para los números originales de Oliver! Sin embargo, los primeros acordes de cada número provocan risas de reconocimiento en el público, muchos de los cuales probablemente se identificarían como aficionados al teatro. A excepción de una reescritura millennial de "Who Will Buy" cuyos chistes nunca terminan de encajar, es un espectáculo inteligentemente elaborado, lo suficientemente ligero y frívolo como para garantizar una noche exitosa.

Tan entretenido sobrio como con unas bebidas encima, Oliver With a Twist continúa apoyando el legado de Sh*t-faced con actuaciones ridículas, pero hilarantes, que seguramente te harán reír sin parar.

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